domingo, octubre 30, 2005

Ellos son un clan. Yo; veo los toros desde la barrera

Mientras escribo se me vino a la cabeza un platillo de huevos que servimos en el restaurant, allá en El Marqués y que fortuitamente llamamos “veracruzanos”, y lo digo así, porque mi mamá es veracruzana y estos huevos son un revoltillo.

Así como ese revoltillo era Nacho.

Los huevos llevan frijol, chiles verdes, chorizo y crema, mucha crema y además van en tacos. ¡Y vaya si le ponía Nacho crema a sus tacos! Y vaya si le ponía blanco, negro, rojo y sobre todo picante a su vida.

Para tratar de ser coherente debo empezar hablando de lo que es nuestra familia y para ello tengo que empezar hablando de mi mamá.

No porque mencione a mi mamá creas que de ella sacó tu padre todo lo que era. Se parecía mucho a mi papá y tenía un orgullo de Ricárdez que tú vas a llegar a entender, si no es que ya entiendes.

¡Esta familia es un caso! y más bien no es una familia, sino un clan. O tal vez una tribu en la que mi mamá tiene mucho que ver, aunque no sea Ricárdez.

O tal vez es la más Ricárdez de todos y ni ella ni nosotros nos hemos dado cuenta. Si no fuera así tal vez se habría salido con la suya y sentiríamos mucho más orgullo por el Carrión y eso si podría jurártelo, no pasa con ninguno de nosotros.

Ser un Clan, o pertenecer a un Clan, suena bonito pero tiene sus bemoles.

A mí me encanta estar en este clan, aunque no pertenecer a él.

Más bien el Clan me pertenece, porque mis hermanos son míos. Los siento de veras dentro de mi, pero se que no estoy dentro de ellos.

Los que están dentro del Clan que son todos los varones, no tienen vida propia.

Viven el uno para todos y el todos para uno a cada momento y esto muchas veces les ha sido nocivo.

Se enojan conmigo porque no soy como ellos; ellos tienen una sola familia y yo tengo otra, la propia, además y eso lo tengo muy claro, aunque en cierta forma me duela, estoy dispuesta a dejar ir en su momento, a todos mis hijos para que formen nuevas familias.

Pero esa esencia de clan, en el fondo la admiro y envidio, aunque también me preocupa y a muchas veces entristece. Sus consecuencias han sido terribles, por eso me siento segura viendo los toros desde la barrera, pero te decía, esa esencia no la tiene mi familia.

Y mis hijos van en busca de ella cada domingo a la Hacienda allá en El Aranjuez, e incluso nos dejan solos a su padre y a mí, para buscar a sus abuelos y a los tíos y yo no quiero impedirlo.

Tú también formas parte de ese Clan y mis hijos te adoran.
***
En ese tiempo Javier tenía año y medio, ahora, pronto cumplirá catorce. Los primos siguen amando a Javier, la Hacienda abandonada, mi padre muerto y ese Clan, ay, ese Clan...

11 comentarios:

fgiucich dijo...

Ese estilo de familia, con estructura de clan, ya no existe hoy día. Lo podemos comprobar claramente aquellos que vivimos en las grandes ciudades; pero el recuerdo de nuestra infancia en los pueblos o ciudades pequeñas reflejan exactamente lo que Lety nos describe. En cienta forma tiene un leve aroma a "saudage"; forma parte de nuestro pasado, de aquellas vivencias que ya no están. Un bello homenaje a Nacho. Abrazos.

Laura dijo...

Lety:
estoy de acuerdo con Fer en que hemos perdido el sentido de la familia-clan, algo que se ha dado mejor lejos de las metrópolis.
A mi me hubiese gustado pertenecer a una familia-clan. Por suerte la vida me regaló una familia-clan postiza, en la que soy hija y hermana y estoy protegida.
Muy hermoso entonces, lo que le toca vivir a Nacho. Ciertamente un afortunado igual que ustedes.
Te abrazo con cariño.

Indianguman dijo...

Fundar estirpe
echar raíces
marcar hitos
recrear mitos
volver al origen
todo tan importante
y simplemente dicho
en tus bellas palabras

Un besito

Lety Ricardez dijo...

A mi también me gustaba don Fernando, pero al mismo tiempo aprendí pronto los peligros que escondía. Algún día aquí o allá, los develaremos juntos. Pero si mis hijos llegaron a amar ese estilo de vida.

Querida Laura: Como le decía a Don Fer, no dejo de ver sus bondades y se que mucho de lo que soy, es producto de eso, pero también soy un poco como mi Consuelo, aquella niña que se sentaba a ver de lejos a los adultos, para elegir lo que deseaba hacer y lo que no. Pero aquí, tienen razón ustedes, veamos sólo lo bueno.

IndianGuman querida, tus palabras: la esencia.
Y aquí en esos días se liberaron mis palabras.
Sigo creyendo en lo providencial, y es la Providencia quien me aproximó a tí, a ustedes, para que estas gotas caigan en sus manos generosas.
Hoy te escribo amiga-hermana

Silencio dijo...

Mi familia nos educo sin más familia, es decir mis tios son algo lejano, más recordados por frecuencia que por el hecho de ser familia.

Ahora no nos movemos más allá de dos tías maternas y una tía paterna, los demás van , vienen y mueren y todo eso, a veces me hubiera gustado tener un tio de esos que no ves en años y te da gusto verlo, no supongo que era la idea de mis padres, más individualidad, claro esta que ya que su boda no fue muy festejada, pues también la familia no tiene interes en las ovejas negras, ah que cosas, que cosas, me haces sacar, ja ja, pero esta bien, ahora mezclo estos recuerdos a los tuyos... a ver que sale...

Anónimo dijo...

Querida Lety, no te he dejado escrito nada, pero te he estado leyendo aquí puntualmente. Cada día. A veces no tengo palabras para decir lo que quiero y prefiero no decir. Pero estoy. Un beso muy cariñoso.

Lety Ricardez dijo...

PUes aquí seguimos conjuntando nuestros recuerdos, que para algo te he adoptado Silencio.

Pues para ese clan de tios de mis hijos, a veces la oveja negra soy yo, por desamorada (según ellos) sólo Dios sabrá quien tiene la razón.

Gabriela queridísima, para eso escribo y para eso estoy aquí, para que tú digas lo que quieras, sea lo que sea, lo que pienses. Yo muero por contestar a tus preguntas, a tu inquietud, a tu deseo de saber. Porque así me permites saber si estoy bien en lo que escribo o necesito decir más.
Tú eres ojos y corazón cuando preguntas.
Pruébame y verás.
Te quiero mucho hermana

Anónimo dijo...

No, Lety es que me ha emocionado mucho ttu recuerdo a tu hermano y cómo se lo has dejado de 'herencia' a tu sobrino. También he leído lo que ha escrito Trristán. Yo o he querido escribir y por mí has escrito tú.
Un beso y un abrazo muy cariñoso.

Lety Ricardez dijo...

Querida Gaby:
Anduve revisando el desván y los textos enterrados, para traerte la liga de lo que escribí en respuesta al post de Tristán. Era lo mismo, más una foto que a lo mejor te gustaría ver: http://porqueyoasiloquise.blogspot.com/2005_07_17_porqueyoasiloquise_archive.html

Creo que es posible imaginar por qué murió tan joven y por qué no me seduce el clan.

No tengo palabras para decirte cuanto te quiero y como me emociona esta comunicación contigo.

Anónimo dijo...

Ahorita voy para allá a ver el post.
Un beso, Lety.

Lety Ricardez dijo...

Ajajajá Gaby, no leiste bien que es el mismo post, pero que bueno que encontraste algo distinto en los comentarios. Te dejé también otro para tí y la respuesta a tu pregunta. Muchos besos