martes, julio 25, 2006

La Maestra y el libro que ayudó a parir

Hoy que Oaxaca se convulsiona ante el horror de los actos vandálicos del magisterio; Hoy que por segunda ocasión, mi Estado se vio privado de la capacidad de “darse” en ofrenda a sus hijos y visitantes, a través de su Guelaguetza, a mí el sol me descubrió con lágrimas de gratitud corriendo sobre mis mejillas, ante la presencia de lo que es un verdadero MAESTRO.

No es la primera vez que les menciono a Raquel Olvera, ella es y será siempre mi Maestra, es por eso que como un acto de reconocimiento a ella, comparto con ustedes este texto que Raquel escribió hace poco menos de un año, texto que hoy reencuentro, y me dejó llorando incluso después de haber concluido su lectura.

Les ruego que al leerlo, se olviden de Lety Ricárdez, para percibir únicamente la sensibilidad, el amor y la generosidad del maestro, que se dibujan en cada palabra que ella vierte acerca de su alumna, sólo por eso, me atrevo a compartirlo, segura de que atenderán mi ruego y pensarán sólo en el ser humano que de tal manera se entrega generosamente a la tarea de dar a luz a un poeta. Esta es Raquel Olvera:

Quiero decir y que la voz responda

I
Dormía en la casa de Eva. Era la siesta vespertina, un rayo de luz abrió mis ojos, el sol incidió en un relieve del repujado en metal con que estaba empastado finamente el libro llamado: Pensamientos. La tarde estaba melancólica, abrí el libro: Mi voz no es de ave rara/cuando más soy alondra/… pero vivo feliz de lo que soy/y mi canto es alegre. Cerré el libro para buscar la portada: Lety Ricardez. Ese fue mi primer contacto con su poesía.
Antes la había visto ir y venir en los pueblos de la mixteca en esos encuentros internacionales de poetas en el país de las nubes en que algunas veces fui invitada. Pero ella estaba siempre rodeada por una pléyade. Esa era mi época azul, así que prefería la soledad. Me llamaba la atención su risa y su presencia, pero no tenía energía para competir con tanta fémina. Así que no había podido tener contacto con ella.
Seguí leyendo, había tiempo suficiente hasta la presentación nocturna que sería en el hermoso recinto de Santo Domingo. El libro me enderezó. Entre un río de palabras refulgían triunfantes pequeñas o grandes pepitas de oro. Cuando por la tarde leyó ese poema que le escribió a Agustín, lo escuché con otros ojos. "Florecí/ en tus brazos me inundaron primaveras".
Entonces empecé a poner atención en esta poeta y quise saber de qué hablaban con ella tantas personas. Me acerqué al coro. Y quedé perpleja. Nadie hablaba con ella de sus palabras, hablaban de lo lindo que es Oaxaca de lo linda que es ella, de lo hermosa que es la vida. Si, todo bien, pero en dos día que estuve poniendo atención nadie habló de su poética.
Por mi parte ya no pude dormir. Así me sucede cuando descubro a un poeta, pero más y sobre todo, si ese poeta aún no se descubre a sí mismo. Empiezo a construir planes para enfrentarlo así mismo, imagino mil veces cómo será cuando la sorpresa de verse poeta incendie su rostro.
Como ya muchos sabrán, no lo repetiré, pero en el último momento, cuando ya todas estábamos trepadas en los autobuses no pude aguantarme, el chofer ya tenía prendido el motor, y Lety aún y más que nunca rodeada se despedía de todas. Repito, no me podía ir así. — ¡Leticia!—, entonces no sabía que no se llama Leticia sino Lety. —por favor, no dejes de escribir—.
Es todo lo que atiné a decir, pero creo que dio resultado porque dejó a la pléyade y se acercó a la ventanilla. Con su rostro mirando al cielo creo que me vio por primera vez. — ¿Tienes mi libro?— me alumbró con sus ojos. —No lo tengo le dije. Nos dimos las direcciones, creo y unos días más tarde llegaron sus libros a la calle de Viena.
Creo que pasé tres meses sin hacer otra cosa más que leer y releer, corregir y concretar. Luego, ¿cómo explicarle a un alma tan frágil que hay que despedirse de algunas palabras? Con amor, fue mi respuesta, y unas semanas más tarde estábamos trabajando.
II
Hasta aquí la anécdota de conocernos. Ahora viene el momento de hablar de su poesía. Todavía no. Primero querría describir el asombro que me causaba el grado de estremecimiento que percibía en sus escuchas, digno de notarse. Hombres llorando en su butaca frente a todo el mundo sin el más mínimo pudor, señoras encendidas con sus caras de sí se puede. Niños y niñas interrumpidas por la emoción de descubrir la poesía. Todos los que han oído a Lety decir su poesía saben, que nadie sale sin flores de su paraíso.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Está la academia, y en su momento estuvieron sus representantes frente a los versos de Lety y no supieron explicarse porqué, a pesar de no sonar “literarios”, llegan a ser tan eficientes.
Pero esta rancherita ilustrada que ven frente a ustedes tuvo la fortuna de tener una maestra que le dio los elementos para comprender y explicar en donde reside la eficacia de los poemas de Lety y porque alcanzan el tan anhelado estremecimiento: —La emoción en un poema es fundamental—, me dijo Dolores Castro un día. Un texto puede tener muy buena cadencia, y entonces será canción, muy buenas ideas, y entonces será discurso, pero un texto que no tiene emoción no puede aspirar a ser poema. El equilibrio entre el ritmo, la idea y la emoción hace a un poema. Y teniendo la emoción, lo demás es pura técnica y sí, es imprescindible, pero es necesario tener en cuenta que: una imagen se inventa, una idea se construye, pero una emoción, se vive, no hay otra manera de adquirirla.
Ahora estoy llegando a la poética de Lety Ricardez. Experiencia poética es lo que ha acumulado desde su más tierna infancia, sus ojos de poeta le nacieron cuando le fue otorgado el cuerpo, desde la hora misma de su nacimiento. Después fue cosa de tener paciencia y encontró finalmente la razón y el placer de la disciplina. Pasó largas e intensas horas limpiando y puliendo sus versos, una y otra vez, una y otra vez. Puedo aseverar de primera mano que la ha pillado el sol muchas veces alisando sus versos.
Otras dos personas pueden ratificarlo con la misma intensa validez: nuestros maridos, Roberto Borja y Agustín Cid de León, que se han quedado pacientemente afuera de nosotros, esperando por nosotros, hasta que al fin agotadas de palabras corríamos a dormir entre sus brazos. No es casualidad que ambos se encuentren aquí acompañándonos en esta celebración.
Hoy es un día muy especial, por eso debo decirles a los innumerables amigos que la acompañaron en su proceso creativo lo que por otra boca no sabrían; Lety tenía una reticencia para corregir sus poemas:
— ¡Es que no quiero que mis amigas dejen de entenderme!—.
Cuando una de ellas se acercó y me dijo que le gustaban más antes de que Lety los limpiara comprendí a qué se refería. Y comprendí porqué tanta reticencia en quitar de sus versos las explicaciones.
—Confía en tus amigas—, le dije, —así como vas aprendiendo poco a poco a ver lo esencial, tus amigas te acompañarán y crecerán contigo.
Hoy podemos comprobar que así ha sido. Ustedes están aquí. Me gustaría recordarnos que logró aquello que se propuso un día:
Estoy atada a una lengua carente de palabras./Creí aceptar mi entorno pero no me conformo./¡Quiero decir Y que la voz responda!
Raquel Olvera Oaxaca, Viernes, 19 de Agosto de 2005

viernes, julio 21, 2006

Mi yo imprudente

Mon moi imprudent

A certaines occasions je laisse sortir
mon moi imprudent.

Je lui permets d’exploser ;

apaisé enfin :

L’éclatement est ronronnement.

Il se remet à dormir.

****

IL MIO IO IMPRUDENTE

A volte lascio uscire
il mio io imprudente.

Gli permetto di esplodere;

ormai placato:
Lo scoppio sono le fusa.
Torna a letto.

****

Mi yo imprudente

En ocasiones dejo salir
a mi yo imprudente.

Le permito que explote;

ya apaciguado:

El estallido es ronroneo.

Vuelve a dormir.

domingo, julio 16, 2006

La dama encantada

La dame enchantée

Je peux encore la voir
déambuler dans la maison
nimbée dans ses robes,
parfumées, ondulantes.

Je vois ses doigts longs
les ongles toujours en rouge ;
l’albâtre de ses dents ;
et dans la petite oreille,
à travers ses cheveux, ses boucles.

Ce n’est pas cette triste vieille
petite, peureuse,
fourrer dans une maison froide,
humide, sale.

Non.

Où s’en est allée la dame ?

****

LA DAMA INCANTATA

Posso ancora vederla
deambulare per la casa
fasciata con le sue vestaglie
fragranti, sinuose.

Vedo le sue dita lunghe
le unghie sempre di rosso;
il biancore dei suoi denti,
e nel piccolo orecchio,
attraverso i capelli, i suoi scudi.

Non è quella triste anziana
minuta, paurosa,
rinchiusa in una fredda casa,
umida, sporca.

No.

Dov’è andata la dama?

****

La dama encantada

Aún puedo mirarla
deambular por la casa
nimbada por sus batas,
aromadas, ondeantes.

Veo sus dedos largos
las uñas siempre en rojo;
la albura de sus dientes;
y en la pequeña oreja,
a través del pelo,
sus broqueles.

No es esa triste anciana
pequeñita, miedosa,
metida en una casa fría,
húmeda, sucia.

No.

¿Dónde se fue la dama ?

martes, julio 11, 2006

Hijo mío

Mon fils

Je te transmets mon expérience.
Pas un fardeau.
Pas un modèle.

Tu seras ce que tu es.
Pas ce dont je rêve.

****

FIGLIO MIO

Ti trasmetto la mia esperienza.
Non fardelli.
Non stampi.

Sarai ciò che sei.
Non ciò che sogno io.

****

Hijo mío

Te transmito mi experiencia.
No fardo.
No molde.

Serás lo que tú eres.

No lo que sueño yo.

jueves, julio 06, 2006

Genial Alfarero

Génial potier

Potier,

Ton œuvre s’est jetée de l’étagère ;
a ajouté de la terre à sa forme :
tant et plus,
tant et plus
tournant.

Maintenant ;
difforme et triste elle pleure.

Ce qu’elle a fait,
elle ne peut le défaire.

Aie pitié,
le dommage est grand.

Pour changer
ce qu’vant tu as modelé avec tes mains,
tu devras utiliser un ciseau,
la force et le marteau.

****

GENIALE CERAMISTA

Ceramista,

La tua opera si mosse dal ripiano
aggiunse fango
alla sua forma:
ancora e ancora,
ancora e ancora
rotolando.

Ora,
deforme e triste geme.

Ciò che fece,
non può disfarlo.

Abbi pietà,
il danno è stato grande.

Per cambiare
ciò che prima modelasti
con le tue mani
dovrai usare scalpello,
forza e martello.

****

Genial Alfarero

Alfarero

Tu obra se tiró del estante;
agregó lodo a su forma:
más y más,
más y más
rodando.

Ahora;
deforme y triste llora.

Lo que hizo,
no puede deshacerlo.

Compadécete,
el daño ha sido grande.

Para cambiar
lo que antes modelaste con tus manos,
tendrás que usar cincel,
fuerza y martillo.