viernes, octubre 21, 2005

Una maestra inolvidable, una alumna excepcional

Esta historia se inició hace diez años. “Cuando llega, guardo su carta en mi delantal durante todo el día. Meto la mano en el bolsillo y la toco con frecuencia, anticipando el placer de leerla más tarde, recostada en la cama, con las hojas iluminadas por la tenue luz de mi lámpara de noche. Leo; e imagino que usted debe escribir profesionalmente”

Algunas veces, sentencias como esta se convierten en signo que contiene. Yo no escribía profesionalmente. Tampoco lo hago ahora, pero al menos, animada por la fuerza irrebatible de estas palabras, muestro sin pudor lo que escribo. Esto es lo que hizo por mí la señora Maria Maris.

A ella, una gran dama norteamericana, Doctora en Letras Hispanas y maestra también de Lengua y Literatura Española. Nunca tuve la fortuna de verla. Nuestra amistad se desarrolló en epístolas, que tuvieron su origen en el amor que esta maestra singular supo inculcar en sus alumnos, hacia mi lengua y también a mi ciudad materna.

Así llegaron a Oaxaca Fran que también es maestra y Conny el compañero de sus días. Venían buscando el mágico lugar que la Sra. Maris, le describió a su alumna con tanto amor.

Porque ahí estuvo hospedada su maestra, Conny y Fran fueron directamente al hotel Marqués del Valle, con una petición un tanto extraña: deseaban un Menú impreso de los años cuarenta.

El restaurante fue nuestro por menos tiempo que ese, sólo veinte años, así que no teníamos un Menú de esa época. El mesero, con la actitud que debe tener un buen mesero, le dijo: Permítame ir a llamar a la señora Lety, estoy seguro que ella podrá ayudarle de alguna manera. A Fran, se le ocurrió que Conny me tomara una fotografía para llevarle, a mí, escribirle una carta, para contarle como era la vida hoy en Oaxaca. A esa carta, siguieron muchas otras que viajaron en ambos sentidos.

Así supe que la señora Maris, hace más de cincuenta años, fue invitada a pasar quince días en Oaxaca, por la familia propietaria del Hotel. Eran los años de su juventud y ella escribía en ese momento su Tesis de Doctorado acerca de García Lorca. Pensó que la idílica paz de nuestra ciudad colonial la ayudaría en su empeño. Aceptó y esos días fueron para ella un tesoro que conservó durante toda la vida y compartió con muchos de sus alumnos.

Fran y Conny, tienen hoy una casa en Oaxaca, a la que vuelven todos los años, para cargar sus baterías como ellos dicen. La Sra. Maris volverá este verano. Viene porque Fran que fue para su maestra más que alumna, la hija que no tuvo, y Conny que aprendió a amarla,
...traen con ellos sus cenizas.
***
Para subir este post estaba esperando una fotografía de Fran con su querida maestra, pero no me llega y yo, ardo en deseos de compartirles su historia. Así que por el momento lo hago sin fotografía. Ya la subiré después

19 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

Andreas, por favor, todavía está disponible para usted, pero a un precio de amigos, pero de eso hablaremos por otro medio, ahora le diré que no quería molestarlo, pero estaba a la espectativa.
Aún puede poner su barca a navegar.
Sus letras, voy siempre a su casa, lo leo, pero a veces siento que mi presencia puede hacer sentir mal a sus otros lectores, entonces de le dejo un abrazo y me retiro sin hablar.
Yo también le quiero mucho hijo adoptado por el corazón. Un beso para usted.

Lety Ricardez dijo...

Gracias Andreas, estas rodillas tembleques me llevarán a su puerta. Y un mail le llevará a usted mi ofrecimiento para sus vacaciones. Le escribo y mientras reciba mis abrazos

Lety Ricardez dijo...

Menos mal que seremos tres para los poemas Andreas, porque lo que es con mi gordo no podremos contar. Creo que ni siquiera conoce todos los que he escrito para él. Mejor los conoce su amigo Tristán. Que por cierto nos ha tenido muy abandonados, no ha blogeado mucho en los últimos tiempo porque andaba a la "caza" de un trabajo. Empresa nada fácil en una ciudad de millones. Ahora que ya encontró, tal vez lo recuperemos. Ahora si compensó usted muchas faltas, pero todo se le perdona porque lo quiero bien. Que Dios lo bendiga
amigo mío.

Indianguman dijo...

Qué increíble, cómo vidas se anudan en torno a un lugar, una historia, seres ligados por el destino y por la maravilla. Qué historia bella, y qué increíble que las cenizas de la maestra se queden en el lugar en que la enclavó la magia, Oaxaca. Como Fran y Conny, presiento que algún día volaré hacia allá para volver.

Estamos escribiendo historia, cada pequenito día.

Un gran abrazo amiga!!

fgiucich dijo...

Una historia imperdible, con la calidéz que da la amistad y el compartir momentos inolvidables. Este relato es un canto a la vida.
Abrazos.

Lety Ricardez dijo...

Queridísima IndianGuman:
Lugar de confluencias. La parte que todavía tengo de niña gusta de la magia, la invoca, la desea y la vive en la cotidianeidad. Ustedes la traen consigo. La pantalla de mi computadora se ha convertido en una ventana desde la que salgo para volar y una manera de hacerlo es compartirles como hoy la dulcedumbre que me provoca la muerte de la señora Maris, ante la certeza de que ahora descansa y sobre todo de que fue amada y supo despertar amor incondicional. La historia es más larga, pero siento que un post no debe serlo tanto (ni mis comentarios jejeje) pero algún día, cuando vueles para acá, tendremos la oportunidad de charlar largo y tender puentes en nuestras vidas.
Besos amiga querida

Querido Don Fernando:
Un canto a la vida y una lección de vida en la muerte. Así lo siento, regresé al post, para destacar la importancia de la frase final: La ofrenda que la señora Maris hace de su cuerpo a esta tierra a la que tanto amó y en la que supo despertar el amor en quien nunca llegó a ver su cara. Fui un ser afortunado al conocerla a través de sus cartas. Soy afortunada por la amistad de Fran y Conny.
Besos para usted

Anónimo dijo...

Ah, qué historia tan bonita y tan inspiradora. Pura, sencilla, llena de emociones. Un beso, Lety y compañeros.

Lety Ricardez dijo...

Mi Gaby querida:
Ay que tristeza no poder contarles toda para no alargarla. Pero si supieran la ternura que me producía la Sra. Maris en los últimos tiempos. Ya no recordaba si me había escrito o no, se disculpaba porque no sabía donde le quedaban los días y yo ciega, no percibí que el alzheimer empezaba a hacer presa de ella. Ese fue su mal, dejó de escribirme, pero Fran nunca dejó de ver por ella, aún cuando hubo un momento en que ya no la reconocíó, siempre le habló en español no en la lengua materna de las dos que es el inglés ¿que historia bella verdad? no por mi narrativa, por supuesto, sino por las personas de quienes hablo.
Besos amiga

Anónimo dijo...

Sí, Lety, pero si nos llega es porque tú la cuentas, la escribes, captas su belleza y su ternura. No te me hagas chiquita, porfa. Que no lo eres. Un beso.

Lety Ricardez dijo...

Si tu lo dices Gaby, lo admito y no se oye mal, si yo ando echándome flores, sería horrorosa. La madrina decía, siempre debes responder "favor que me haces" así que te lo digo, mi amiga querida. Besos para tí.

Laura dijo...

Lety:qué historia! Pensar que la vida está llena de historias como esta.
Un beso grande!

Lety Ricardez dijo...

Querida Laura, en verdad la historia es mucho más bella de lo que yo logré plasmarla. Siento que debí haber cuidado menos la forma y la extensión y dejado fluir más el sentimiento. En verdad la señora Maris me es aún en la ausencia, muy querida. Pero sentí que el tono formal era propio para un homenaje, si me equivoqué ya no puedo cambiarlo, al menos de momento, pero te lo digo era una dama excepcional. Besos para tí

Jorge Alberdi dijo...

Hola amiga! vengo a encontrarme con esta historia. Si uno tiene unas pocas de estas, ya es rico. Si además se le da por narrar, el valor se duplica.
Saludos

Lety Ricardez dijo...

Llamarme amiga y que estas palabras vengan de usted señor Alberdi, es un estímulo para mí, como lo fue en su momento el de la Sra. Maris. Yo no estaría mostrando ahora esto, si la Providencia no hubiera cruzado mi camino con el de ella y Fran su alumna, que también es Maestra Universitaria de Literatura.
Muy agradecida por su llegada, ¿conoce usted su otra casa Bienvenido a su casa? se llama porque yo así lo quise, la liga está en esta página, ojalá tenga tiempo de visitarla y esta no sea la ultima vez que venga. En verdad estoy muy agradecida por tenerlo aquí.

Tristán dijo...

No conocía esta historia. Me gustó. Bien podría ser este blog un homenaje para los cuates, que no? Ojalá sí ;)

Lety Ricardez dijo...

Caray Don Tristán, ¡Que placer! cero reproches, ¡Qué placer!
Y si, del puro gusto de verlo, trataremos de poner alguna, al menos de vez en cuándo. Tú que conoces todos mis secretos, ponme la tarea, dime para quien va primero.
Miles de besos

Tristán dijo...

No sé.

Quizá la historia del stradivarius. Ésa pues.

Lety Ricardez dijo...

Perfecto pues, sigue la historia del Stradivarius, aunque se diga que peco de tonta, pero ahí irá.
Mil besos para tí Don Tristán

Lety Ricardez dijo...

Pues no se diga más Andreas, nada más déjeme que concluya la historia que me pidió Tristán, que en eso estoy en este momento y me voy y le escribo para darle nuestras disponibilidades.
¿Está Pablo con usted, o sólo el eco de su risa prendido a su oído caracol?
Si está, por favor dele un beso. Y usted reciba como siempre mi afecto sincero y mi felicitación por ese lugar de privilegio que tiene usted en Blogueratura (Ay no tengo aquí mi apuntador del curso de Letralia para el link y no se donde está, y son casi la una) perdón amigo mío.
Bendiciones para usted