viernes, octubre 07, 2005

Oaxaca en su soledad


Oaxaca no tiene ríos caudalosos. Incluso se le puede reprochar la crudeza con la que muestra su sed en los meses previos al estío. Esto es cierto, más su carencia queda inmersa en las voces que cantan alabanzas a su cielo, tradiciones, leyendas, colores y sabores.

Cuántos visitantes acuden una y otra vez durante Julio a sus fiestas de Guelaguetza, donde la belleza de sus mujeres y la orfébrica urdimbre de sus trajes engalanan el Cerro del Fortín.
En el mes de Noviembre, visitan los fastuosos templos y sus iluminados panteones. Ahí rinden tributo al candor y la sabiduría de la tradición indígena que honra a sus ancestros en las fiestas de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos.
Qué decir, que no se haya dicho, de las calendas decembrinas y de la mágica noche de los rábanos.
Cómo olvidar la experiencia vivida en Marzo o Abril, cuando con devoto fervor acompañan a nuestra Patrona Enlutada durante la Semana Santa, para estallar después, en júbilo Pascual, sobre el suntuoso manto de sus playas vírgenes.

En estas fechas la conocen festiva, pero Oaxaca tiene también momentos de recogimiento.
Necesita alimentarse de si misma, para recrear todo lo que ofrece el resto del año. Es entonces, cuando se reserva para sus hijos y para aquellos escogidos que saben buscarla en sus meses de soledad.
En Mayo y Junio, Oaxaca viste para ellos sus calles. El cálido naranja de los flamboyanes inunda la ciudad. Invita al caminante a detener el paso.
Si el caminante atiende, goza aún antes de alcanzarla, la gloria de su follaje. Hasta los automóviles circulan con lentitud para saborear en todo su esplendor la belleza.
Sólo si caminas al paso se agudiza la vista, y puedes descubrir los nativos Xacaloxúchitl que lucen en bouquet sus flores de color crema, blancas, amarillo encendido o color de rosa. Algunos árboles hasta se desnudan de hojas para mostrar las flores en todo su esplendor, desafiando a sus hermanos pintores a plasmarlas.

No hay prisas; no hay aglomeraciones, todo es paz en el discurrir de la vida provinciana.
Oaxaca se envuelve en rebozo de flores, de sol, de luz, para cobijar sin distinción los sueños de sus hijos y moradores.
En Mayo y Junio, los visitantes son parte íntima de la ciudad.
Cuando transitan por los pasillos y corredores de hoteles, restaurantes, casas de hospedaje, templos y museos, reciben y dan un trato de amigos.
El espíritu de Oaxaca se derrama en sus calles, en sus fuentes, en sus seres. La ciudad, al interior, se muestra no sólo bella; también se deja ver sacerdotisa, que transmuta sed por entrega.
El que tiene oídos, que oiga. El que tiene ojos, que vea.
***
Este texto es uno de los pocos que he escrito acerca de mi ciudad. A Oaxaca le han cantado tantos, y tan bien, que es por eso, que yo prefiero hablar de ella, apasionadamente eso si; dejando que mi voz se exalte y module cantos a su belleza. Mi pluma esta vez quiso mostrarla porque Kiantei me lo pidió, aquí está para todos, aunque debí esperar por una foto de los hermosos flamboyanes.

10 comentarios:

Claudia Castora dijo...

Maravilloso. Esto me servirá.
Un abrazo.

fgiucich dijo...

Mudo y absorto, he quedado ante tan excelente descripción. Abrazos.

Lety Ricardez dijo...

Me da gusto Kiantei. De cualquier manera, ya pensaré en algo más que enviarte, porque de Oaxaca hay mucho que decir. Besos

Don Fernando, la verdad quería yo aumentar su deseo de conocer Oaxaca, espero haberlo conseguido.
Abrazos

fgiucich dijo...

Gracias por la foto!!!! Abrazos

Ernesto González Dávila dijo...

Lety:

Antes que todo, gracias por tu visita a mi blog y por tu comentario, que lejos de ser una intrusión ha sido un privilegio, pues me ha permitido conocer el trabajo que tú tienes en este espacio.

He leído este post y he logrado captar ese sentimiento y esa pasión en la que te fundes con tu tierra. Yo personalmente no he viajado a México, pero sí conozco algo de su literatura y de su arte. Hay poetas y escritores que me interesan bastante, como Octavio Paz, José Emilio Pacheco o Gustavo Sainz; también Elena Poniatowska. En fin, gracias de nuevo y me alegra poder compartir este espacio con gente tan valiosa como tú.

Un abrazo y nos estamos leyendo,

Ernesto

Lety Ricardez dijo...

Don Fernando: Perseveré hasta encontrar la foto, porque yo sé que esos árboles de fuego encienden el corazón y lo predisponen al viaje. Ya tenemos algo nuevo en su otra casa. En esta le dejo mi abrazo acostumbrado y mi afecto sincero.

Don Ernesto: La verdad sus palabras me entusiasman, porque he visto lo valioso de su espacio y de sus comentarios. Soy producto del esfuerzo de Raquel, antes que nada por hacerme creer en lo que escribo. Prometo compartir con ustedes aquí, algo de Doña Lolita, primero que nada El Huizache, que de alguna manera se enlaza con el poema ´con el que me dio a señora Eliana Navarro.
Yo indiscutiblemente seguiré visitándole y por supuesto que me sentiré honrada si usted hace lo mismo. Cordialmente

Indianguman dijo...

Yo quiero conocer Oaxaca!!! (cómo se pronuncia la x, como x o como j?

Lety Ricardez dijo...

Querida Indianguman: Se pronuncia como j y eso me gusta mucho. ¡Si tú supieras la delicia que es recorrer sus calles caminando! Sobre todo en esos meses de soledad, de escaso turismo en los que nadie parece tener prisa y el día rinde como si tuviera al menos treinta y seis horas. Aquí todo mundo tiene tiempo para volver a casa para la comida del mediodía y cualquier punto de la ciudad te queda a quince o veinte minutos de distancia. ¡¡Ven amiga, ven, ven!!

Tristán dijo...

Pero no se agobie usted, Srita. Indianguman, ni siquiera los mexicanos sabemos cómo pronunciar la "x". A veces la usamos como "j", como en el caso de Oaxaca; luego como "s", en el caso de Xochimilco; también como "sh", cuando nos referimos, por ejemplo, al fruto del xoconostle; otras veces como "cs", como el caso de tepexcuintle (raza canina mexicana), etc. Así que no se agobie, el aprendizaje de nuestra es "x" es empírica, y nada, de verdad nada, la sustenta. Pero eso sí, qué no nos cambien la "x" por "j" cuando escriben Méjico, porque eso sí que nos enoja, jeje. Un gran saludo y hágale caso a esta señora. Venga!!!

Lety Ricardez dijo...

Tristán querido: Cuando vayas por casa de Indianguman, el poema sobre el que llamé tu atención está e el post Dos lenguas para... y el poema se llama Siesta. Claro que todo su espacio es hermoso, pero para muestra basta un botón. Después date una vueltecita por blogout es el blog de su papá, un caballero antigüo de los que ya no hay, que ha creado un personaje bloguito, irónico, gracioso, moderno y que se yo. Ya no te alcancé, pero ojalá que regreses. Besos